domingo, 19 de abril de 2009

Fantasía y realidad

En 1953 existía en el ambiente ajedrecícistico neoyorkino un personaje que se jactaba de poder indicar, luego de un simple golpe de vista, cuál era la pieza que daba mate en cualquier problema que se le mostrase, por complicado que fuese.

Realmente era muy eficiente y solía ganar innumerables apuestas al señalar con precisión el trebejo que daba el golpe mortal, pese a contemplar el tablero sólo un par de segundos.

Su creciente fama hizo que un día se le cruzara en el camino un genial compositor de problemas, Sam Lloyd, quien lo desafió públicamente a una original y -aparentemente- tentadora apuesta.

Lloyd le dijo que le presentaría un problema, que él tendría que elegir rápidamente una pieza, y que ganaría la apuesta si ésta no era la que diese el mate.

La cuestión parecía sorprendentemnete fácil, por lo que el "adivinador" aceptó gustoso arriesgar una cena, que confiaba ganar sin esfuerzos.

En los días siguientes fue aumentando la expectativa entre los que conocían el singular desafío, y se cruzaron algunas apuestas, aunque pocos estaban dispuestos a arriesgar a mano del problemista.

Finalmente Loyd presentó a su rival la posición que se aprecia en el diagrama y anunció que las blancas daban mate en cinco jugadas.



Juegan blancas y dan mate en cinco jugadas.

El personaje miró el tablero durante un segundo, y con una sonrisa apenas disimulada señaló al peón de b2 como la pieza que no daría el mate. La elección no podía ser más lógica. Realmente parece imposible que ese peón pueda dar mate, ya que se encuentra en una columna bloqueada y, además, el rey enemigo está en la parte opuesta del tablero. Sin embargo, con una sonrisa aún más ancha, Lloyd mostró la solución a su muy asombrado rival, ya que ¡este peón es justamente el que dá el mate! ¿Se anima a resolverlo?



Quizá usted piense que algo así sólo puede ocurrir en la imaginación de un talentoso compositor de problemas, pero nunca en una partida real. Si esto es lo que cree se equivoca.

Miguel Tal vivió una situación similar, que de no ser por su ingenio hubiera pasado desapercibida.

En noviembre de 1963 se enfrentaba al GM húngaro Laslo Szabó en Moscú. Los jugadores arribaron a la siguiente posición, tocándole jugar a Szabó, que conducía las piezas blancas.

Tal Szabó

Juegan las blancas

Mientras el gran maestro húngaro meditaba su jugada, Tal se levantó de la silla y comenzó a pasear por la sala de juego con visible gesto de contrariedad.
Otros jugadores del torneo y los fiscales le preguntaron qué pasaba, a lo que el ex campeón mundial respondió que "tenía preparada una combinación como respuesta a la próxima jugada de las blancas, pero me acabo de dar cuenta que no sirve porque ¡¡me dan mate con el peón torre!!", dicho lo cual volvió a su mesa y se concentró en la partida.
Todos los que oyeron este comentario se acercaron al tablero a mirar, pero no pudieron descubrir de qué combinación hablaba Tal, ni mucho menos cómo podía dar mate el peón de h2.
La partida continuó sin que se viera nada que echara luz sobre lo que Tal había dicho, por lo que varios pensaron que en realidad se trataba de una nueva broma de las que él solía hacer.
Pero al término del juego, ante la pregunta de uno de los presentes, Tal, al igual que Sam Lloyd un siglo antes, mostró la sorprendente variante.



Soluciones
En el problema de Sam Lloyd la solución es 1 b4 (amenazando Td5 seguido de Td1++, si se intenta hacer directamente 1 Td5 las negras tienen 1 ...Tc5) 1 ...Tc5+ 2 bxc5 a2 3 c6 Ac7 (evita la maniobra antes citada mediante ... Axg3 y ...Ae1 y ya no hay mate en cinco) 4 cxb7! seguido de 5 bxa8=A++

La variante calculada por Tal fue 1 Cbc7 Cxd5! 2 Cxe8 Ce3 3 Ta1 Txb2 4 Ta8 Ad4 5 Cf6+ Rg7 6 Tg8+ Rh6 7 Th8 y fracasa Rg5 que era lo previsto por Tal debido a 8 h4++. De producirse esta línea de juego las negras se hubieran tenido que contentar con 7 ...Rg7 8 Tg8+ y tablas por repetición. Szabó, quien tampoco vió nada de esta variante continuó con 1 Cxd6 y también fue tablas poco después.

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